Kirill Petrenko dirige Serguéi Rajmáninov

En el estreno de su Segundo Concierto para piano en 1901, fue el joven Serguéi Rajmáninov quien se sentó él mismo al piano: un triunfo que sentó los cimientos para su brillante carrera internacional como pianista y compositor. Hasta el día hoy, esta obra, con su carácter apremiante y apasionado, con sus melodías anhelantes y con sus exuberantes armonías tardorrománticas, sigue siendo una de las más amadas en su género. Al Director Titular Kirill Petrenko y al pianista Kirill Gerstein, que presentaron la obra con los Berliner Philharmoniker en el concierto celebrado en la Waldbühne en 2022, les une un profundo sentimiento de amor por la música de Rajmáninov.

El compositor, que tenía entonces veintitrés años, escribió en 1906 la obra central de esta edición: su Segunda Sinfonía. Tras el fiasco que había supuesto su Primera Sinfonía, el éxito del estreno de la Segunda significaba una rehabilitación del sinfonista. Se trata de una obra segura de sí misma, en la que Rajmáninov se opuso a las corrientes neoclasicistas de comienzos del siglo XX, se mantuvo fiel a la tonalidad y anticipó por medio de su conmovedor lenguaje sonoro el estilo de la música del cine de Hollywood. Kirill Petrenko pone aquí también de relieve, además del enorme contenido emocional de la música, su magistral construcción.

El ritmo a cinco del poema sinfónico La isla de los muertos se balancea como una barca sobre el movimiento de las altas olas. La inspiración le llegó a Rajmáninov a través de una copia en blanco y negro del cuadro homónimo de Arnold Böcklin. No sólo aquí, sino que también en otras obras del compositor emerge una y otra vez el motivo amenazante del Dies irae, que forma parte de la liturgia fúnebre católica: una auténtica obsesión para Rajmáninov.

Ya en su exilio americano, y atormentado por la nostalgia, pocos años antes de su muerte, Rajmáninov puso un emocionante punto final a su faceta como creador con las Danzas sinfónicas: citas de sus sinfonías se entremezclan con el deseo de ahondar en la actitud ante la vida de los estadounidenses en la época de la industrialización – y una y otra vez vuelve a sonar el motivo del Dies irae. El propio compositor pensaba que con las Danzas sinfónicas había conseguido crear su mejor obra, de ahí que constituya la conclusión ideal de este homenaje de los Berliner Philharmoniker a Serguéi Rajmáninov, de quien se conmemora en 2023 el 150º aniversario de su nacimiento.